viernes, 19 de enero de 2018

El catequista. Identidad y formación


Estimados estudiantes: los invito a leer el capítulo 11 del libro Catequesis Evangelizadora de Emilio Alberich Sotomayor  (páginas 219-227) a fin de estudiar la identidad y formación del catequista.
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Los elementos fundamentales de la catequesis

 Esquema doctrinal
1. Finalidad.
* La finalidad es la meta que se desea conseguir.
* Toda acción evangelizadora busca favorecer la comunión con Jesucristo a partir de la conversión inicial, suscitada por el Espíritu Santo mediante el primer anuncio. La catequesis se propone fundamentar y hacer madurar esta primera adhesión.
* La meta que se quiere alcanzar determina los programas, temas a tratar, textos e instrumentos oportunos para trabajar.
* La finalidad es diferente, por ejemplo, con los niños que ya hicieron la primera comunión que con los que no las han hecho.
* En la catequesis hay siempre dos finalidades, dos objetivos:
1.      Vital que se orienta a cambiar la vida del destinatario de acuerdo con el Evangelio.
2.      Doctrinal que busca favorecer la compresión y asimilación del contenido del mensaje cristiano.
·         Prioridades: En la catequesis es necesario fijar prioridades, no se puede lograr todo en un solo curso, ni en un trimestre, mucho menos en una sola sesión.
Reflexión
“La finalidad específica de la catequesis no consiste únicamente en desarrollar, con la ayuda de Dios, una fe aún inicial, en promover en plenitud y alimentar diariamente la vida cristiana de los fieles de todas las edades. Se trata en efecto de hacer crecer, a nivel de conocimiento y de vida, el germen de la fe sembrado por el Espíritu Santo con el primer anuncio y transmitido eficazmente a través del bautismo.
La catequesis tiende pues a desarrollar la inteligencia del misterio de Cristo a la luz de la Palabra, para que el hombre entero sea impregnado por ella.
Transformado por la acción de la gracia en nueva criatura, el cristiano se pone así a seguir a Cristo y, en la Iglesia, aprende siempre a pensar mejor como Él, a juzgar como Él, a actuar de acuerdo con sus mandamientos, a esperar como Él” (CT 20)
2. Contenido
* El contenido de la catequesis es el mensaje de Jesucristo. La catequesis es la acción de la Iglesia que trasmite este mensaje para que los hombres crean en Él.
* Para que el mensaje de Jesucristo sea trasmitido por la catequesis fiel e íntegramente, debemos responder a las siguientes preguntas:
· ¿Dónde está el contenido de la fe que debe trasmitir la catequesis?
· ¿Toda la doctrina de la fe cristiana tiene la misma importancia que la catequesis?
· ¿Debemos trasmitir todo el contenido cada vez que damos catequesis?
· ¿Cómo podemos seleccionar el contenido correctamente?
* El contenido de la fe católica puede dividirse de muchos modos. El Catecismo de la Iglesia Católica nos presenta distintos modos que también son conformes a la tradición histórica creada desde la llegada de los primeros evangelizadores a nuestro continente en el siglo XV:
· El credo: Contiene el resumen de las verdades fundamentales de la fe, la doctrina y la vida cristiana
· Los diez mandamientos: Son el resumen de la moral cristiana; Conjunto de principios fijos expresados en deberes que condicen al hombre a realizarse plenamente como ser humano y como cristiano.
· Los sacramentos y la liturgia: Son los ritos propios de la vida cristiana, gestos y símbolos en los que se expresa nuestra vivencia de la fe.
· La vida espiritual del cristiano: Está cimentada en la relación personal con Dios. Es el conjunto de actitudes y medios que conducen al cristiano hacia su meta final: Imitar a Jesucristo.
Reflexión
Un momento con frecuencia destacado es aquel en que el niño pequeño recibe de sus padres y del ambiente familiar los primeros rudimentos de la catequesis, que acaso no serán sino una sencilla revelación del Padre celeste, bueno y providente, al cual aprende a dirigir su corazón. Las brevísimas oraciones que el niño aprenderá a balbucir serán el principio de un diálogo cariñoso con ese Dios oculto, cuya Palabra comenzará a escuchar después. Ante los padres cristianos nunca insistiríamos demasiado en esta iniciación precoz, mediante la cual son integradas las facultades del niño en una relación vital con Dios: obra capital que exige gran amor y profundo respeto al niño, el cual tiene derecho a una presentación sencilla y verdadera de la fe cristiana. (CT 36).
3. Destinatario
* Si la catequesis se dirigiera siempre a personas con las mismas características, se podría repetir siempre las mismas palabras, pero hay muchos tipos de destinatarios: según edades, ambientes, comunidades, etc. No todo se puede decir de la misma manera.
* También cambian las características de las personas según las épocas. No es lo mismo un niño de 12 años actual que otro de hace 30 años.
* La catequesis debe adaptarse al destinatario, a quien se dirige porque los materiales y métodos que servían a la catequesis hace tiempo, hoy son menos adecuados, y los que sirven para un grupo de niños, por ejemplo, son menos adecuados para otros grupos.
Reflexión
“Con todo, es importante que la catequesis de los niños y de los jóvenes, la catequesis permanente y la catequesis de adultos no sean compartimientos estancos e incomunicados. Más importante aún es que no haya ruptura entre ellas. Al contrario, es menester propiciar su perfecta complementariedad: los adultos tienen mucho que dar a los jóvenes y a los niños en materia de catequesis, pero también pueden recibir mucho de ellos para el crecimiento de su vida cristiana”. (CT 45).
4. Método
Los nuevos tiempos exigen que el mensaje cristiano llegue al hombre mediante nuevos métodos de apostolado y que sea expresado en lenguaje y formas accesibles al hombre, necesitado de Cristo y sediento del Evangelio.
a. Definición y características del método en la catequesis.
* Podemos definir el método como el conjunto de los principios que orientan la selección de objetivos, medios y contenidos.
* Método, técnica y meta son diferentes.
* El método no es prioritario, es solo un instrumento.
* Hay diferentes métodos: para motivar o enseñar, unos para niños y otros más adecuados para jóvenes, métodos para tratar un tema que no funcionará con otro tema.
* Un buen método en la catequesis trasmite bien la doctrina y fomenta la de en el corazón de quien recibe el mensaje de Cristo.
* Un buen método en catequesis lleva al destinatario a interesarse en la sesión y a esforzarse para aprovechar e tiempo de la clase.
* Los métodos mejores activan todas las facultades del ser humano: la imaginación, la voluntad, los sentimientos, la inteligencia, la memoria, etc.
* El catequista es el factor principal para el éxito de un método, pues la catequesis es ante todo un testimonio.
b. Métodos usados en catequesis.
Fueron muy útiles en su momento y de ellos podemos aprender para nuestro trabajo actual.
* Catecismos del siglo XVI
* Kerigmático
* Método activo
* Expositivo
* Inductivo
* Deductivo
* Audiovisual
* Verbal
* Experiencial
Reflexión
La edad y el desarrollo intelectual de los cristianos, su grado de madurez eclesial y espiritual y muchas otras circunstancias personales postulan que la catequesis adopte métodos muy diversos para alcanzar su finalidad específica: la educación en la fe. Esta variedad es requerida también, en una plano más general, por el medio socio cultural en que la Iglesia lleva a cabo su obra catequética.
5. Lenguaje.
Unos sencillos parroquianos de la capital fueron visitados por un catedrático de reconocida Universidad Eclesiástica que necesitaba fondos para sus seminaristas. Habló de que tuvieran espíritu eclesial con los cristianos de otras comunidades católicas, del do supremo de la caridad cristiana que se expresaba en el ágape fraterno y de la virtud de la magnanimidad, que nos predispone a opciones definitivas e invariables. Insistió en que ellos también participaban del sacerdocio no ministerial y que vivirían mejor la dimensión profética y escatológica de su bautismo si ayudaban a los seminaristas”. Al pasar la canasta, se sintió desilusionado de las limosnas que recibió.
Después, habló un misionero. Quería pedirles unos donativos para la aldea perdida en el África en la que trabajaba. Les dijo que había hombres como ellos, con la piel más prieta y los dientes más blancos. Que lloraban cuando la sequía no les permitía dar más maíz a sus niños. Que rezaban a Dios por los católicos que tenían un templo con techo de tejas y que, de seguro, necesitaban más oraciones para ser mejores cristianos. Que en su aldea africana con tejados de paja, reunidos en templos con imágenes de la Guadalupana, esperaban limosnas de estos católicos de piel más clara, para sus niños tristes y para sus almas deseosas de conocer mejor a Dios por el catecismo. Le llovieron las limosnas.
El lenguaje es un medio de comunicación, es un instrumento que debe cuidarse en todos los aspectos, especialmente en la catequesis.
Para lograr que el mensaje del Evangelio sea comprendido con fidelidad e íntegramente es necesario elegir el lenguaje más adecuado y que se adapte al destinatario, de acuerdo a los componentes y mecanismos esenciales de toda comunicación.
Reflexión
“Tanto en catequesis como en teología, el tema del lenguaje es sin duda alguna primordial. Pero no está de más recordarlo aquí: la catequesis no puede aceptar ningún lenguaje que, bajo el pretexto que sea, aun supuestamente científico, tenga como resultado desvirtuar el contenido del Credo. Tampoco es admisible un lenguaje que engañe o seduzca. Al contrario, la ley suprema es que los grandes progresos realizados en el campo de la ciencia del lenguaje han de poder ser utilizados por la catequesis para que ésta pueda «decir» o «comunicar» más fácilmente al niño, al adolescente, a los jóvenes y a los adultos de hoy todo su contenido doctrinal sin deformación”. (CT 59).
Los elementos fundamentales de la catequesis II
Esquema doctrinal
 1. Inculturación
La Palabra de Dios se hizo hombre, hombre concreto, situado en un tiempo y un espacio, enraizado en una cultura determinada: Cristo por su encarnación, se unió a las concretas condiciones sociales y culturales de los hombres con quienes convivió. Esta es la originaria inculturación de la Palabra de Dios y modelo referencial para toda la evangelización de la Iglesia, llamada a llevar la fuerza del Evangelio al corazón de la cultura y trasformarla,
* La inculturación de la fe es un proceso lento por ser profundo y global.
* La inculturación es un proceso delicado. No es diluir el mensaje del Evangelio en el caudal cultural de una comunidad humana.
* La inculturación es un proceso que afecta, en manera real, a la cultura en cuestión y a la misma Iglesia.
· Toda cultura tiene una forma particular de organizar sus relaciones con la divinidad, con sus semejantes y con el mundo material. San Justino la llama “semillas del Logos”
Ø La inculturación de la fe penetra en estas “semillas del Logos” relacionándolas con los valores auténticos de Cristo, con lo que el hombre experimenta una íntima trasformación.
* La Iglesia, por su parte, al echar raíces en una nueva cultura pone de manifiesto su catolicidad, expresando la única fe apostólica, en la unidad de la Iglesia de Cristo y hace de ella un signo más inteligible y eficaz de la salvación de Cristo.
* El proceso de inculturación para que sea fructífero, debe permanecer abierto:
+ Al discernimiento de los Obispos
+ A la Iglesia Universal donde se conserva la unidad de la fe, se vivien los sacramentos, y se conserva la comunión jerárquica, la verdadera Iglesia de Cristo
+ A la inculturación del lenguaje que consiste en expresar el contenido íntegro de la única fe apostólica
+ A la inculturación de la vida, respondiendo siempre desde el Evangelio a los interrogantes de los hombres que componen dicho grupo cultural.
* El proceso de inculturación de la fe requiere de ciertas tareas:
+ Conocer en profundidad la cultura
+ Reconocer la presencia de la dimensión cultural del mismo evangelio
o Anunciar el cambio profundo que el Evangelio como fuerza trasformadora y regeneradora, opera en las culturas.
+ Presentar el mensaje cristiano de manera que capacite para dar razón de la esperanza (1Pe 3, 15) Es imprescindible una defensa acertada que ayude al diálogo fe – cultura.
+ Dar testimonio de que el Evangelio trasciende toda cultura y discernir las semillas del Evangelio que pueden estar presentes en cada cultura.
+ Promover una nueva expresión del Evangelio interior de cada cultura a evangelizar, procurando un lenguaje de la fe que sea patrimonio común de los fieles, factor fundamental de comunión.
+ Mantener íntegros los contenidos de la fe de la Iglesia, sin mutilar o falsificar los contenidos.
* En el trabajo de inculturación se requiere también, por parte de las comunidades un discernimiento que se rige por dos principios:
+ La compatibilidad con el Evangelio de las varias culturas a asumir y la comunión con la Iglesia Universal.
+ Gradualidad para que sea verdaderamente expresión de la experiencia cristiana de la comunidad.
* La inculturación debe implicar a todo el pueblo de Dios. Debe ser dirigida y estimulada, no forzada. Expresión de vida comunitaria y esfuerzo por la encarnación del Evangelio.
2. Tareas fundamentales de la catequesis
a. Propiciar el conocimiento de la fe
b. La educación litúrgica
c. La formación moral.
d. Enseñar a orar.
e. Educación para la vida comunitaria.
f. Educación del sentido ecuménico.
g. Iniciación misionera.
3. Los instrumentos didácticos.
* La catequesis necesita los instrumentos. Pero debe superarlos, para ello el catequista ha de añadir su testimonio sincero y su esfuerzo espiritual para ser buen colaborador del Espíritu Santo que es verdadero catequista de las almas.
* Ningún instrumento sustituye el testimonio personal de quien afirma la fe en Jesucristo ante los demás; es decir, la acción personal y directa del catequista.
*  Los buenos materiales siguen los principios básicos que aplicamos anteriormente al método. Es decir, adaptación al destinatario, variedad, que atienda a los objetivos y al contenido de nuestro programa, que sea rico en motivaciones y enseñanzas, etc.
Reflexión
“Pido, por consiguiente, a los pastores de la Iglesia, y a los fieles, que acojan este Catecismo con espíritu de comunión y lo usen asiduamente en el cumplimiento de su misión de anunciar la fe y de invitar a la vida evangélica. Este Catecismo se les entrega para que les sirva como texto de referencia seguro y auténtico para la enseñanza de la doctrina católica, y sobre todo para la elaboración de los catecismos locales. Se ofrece, también, a todos los fieles que quieran conocer más a fondo las riquezas inagotables de la salvación (cf. Jn 8, 32).”
Juan Pablo II, C.A. Fidei depositum.
4. Las circunstancias de lugar y tiempo.
Es importante elegir bien el horario y el lugar en que se imparte la catequesis.
Hay quienes insisten en que cuando hay interés, todos hacen el esfuerzo de asistir: a sus fiestas, diversiones, etc. Es verdad, pero no podemos comparar una actividad fácil y placentera con otra exigente y formativa. No podemos devaluar la catequesis, rebajándola a una diversión mediante atracciones y espectáculo. Pero tampoco podemos ponerle más dificultades eligiendo un lugar y horario poco adecuado.
5.- Los canales para catequizar.
Entendemos por canales los conductos que el catequista utiliza para llevar el mensaje del Evangelio, por ejemplo, la radio. Los canales de que hablaremos son más bien lugares, espacios donde el evangelizador se hace presente para trasmitir su mensaje, por ejemplo, la parroquia.
Para elegir un canal, necesitamos tener muy en cuenta que la catequesis exige:
· Un contenido
· Un catequista
· Los destinatarios
Otros elementos que hay que tomar en cuenta para elegir el canal de catequesis más adecuado son:
· Tiempo que el destinatario puede estar expuesto a recibir el mensaje
· Calidad tiempo – horario
· Condicionamientos sociales – laborales de los destinatarios
· Testimonio del catequista
La catequesis debe dar prioridad a los canales en que haya una acción lo más directa posible de un catequista, y que le permita hacerse presente el mayor número posible de destinatarios.
6. El agente y su función
* Función mediadora. Por el lugar que ocupa el catequista entre Dios y el destinatario su función es mitad sobrenatural y mitad humana.
*  Ser instrumento dócil al servicio de Dios.

Principios fundamentales en catequesis

Los principios fundamentales de la catequética deben apoyarse, pues, en principios antropológicos y en principios teológicos contemporáneamente.
Debemos considerar también que los principios fundamentales de la catequética deben garantizar una catequesis adecuada al objetivo, al destinatario y al contenido de cada catequesis. Sin embargo, la buena catequesis debe equilibrar la referencia a todos estos elementos.

1.      Principios Generales:
  • La catequesis debe ser fiel a Dios y al hombre.
  • La catequesis debe transmitir la fe en sus dos dimensiones.
  • La catequesis debe equilibrar el uso de criterios teológicos y humanos.
  • La buena catequesis es adaptación e inculturación.
  • La catequesis debe dar prioridad al catequista sobre el resto de los elementos.

2. Principios Catequéticos para conseguir el objetivo de una completa educación en la fe:
  • La catequesis debe incorporar viva y activamente al cristiano en la vida de su comunidad.
  • La catequesis debe formar la vivencia litúrgica.
  • Hay que buscar los frutos de catequesis adecuados a la etapa de desarrollo cristiano de cada persona.
  • La catequesis debe educar la fe atendiendo a todas las facultades de la persona.
  • La catequesis debe de llevar a consecuencias prácticas.
  • La catequesis debe lograr la autoconvicción de la fe.
  • La catequesis debe favorecer la promoción humana del catecúmeno.

3. Principios Catequéticos para sistematizar correctamente el contenido de la catequesis:
  • La catequesis debe usar equilibradamente las tres fuentes de la revelación.
  • Debe fundamentar sólidamente la fe.
  • Debe equilibrar la presentación de todas las reas fundamentales de la vida cristiana.
  • El mensaje debe aparecer cristocéntrico y trinitario.
  • Debe presentar sistemáticamente el mensaje básico de la fe.

4. Principios Catequéticos para lograr una catequesis eficaz:
  • La catequesis participativa es más eficaz.
  • La mejor catequesis es la que relaciona el contenido de la fe con la experiencia del destinatario.
  • La buena catequesis educa la fe centrándose en lo básico.
  • En la educación de la fe, ayuda más enseñar a caminar que mostrar la meta.
  • La catequesis necesita equilibrar la inducción con la deducción.
  • Toda catequesis debe motivar.
  • Debe facilitar la memorización.
  • Debe adaptarse al destinatario.


Tomado con fines instruccionales de:  https://www.aciprensa.com/catequesis/fundamental4.htm

viernes, 12 de enero de 2018

Evangelización y catequesis


¿Qué es la evangelización? Es la labor que realiza la Iglesia para sembrar el evangelio en todos los hombres. Es la comunicación del evangelio. Se desarrolla en tres grandes tareas:
·         Enseñar a los hombres el mensaje de Cristo.
·         Santificar a los hombres distribuyéndoles la gracia.
·         Guiar a los hombres hacia Dios, en las variadas situaciones de esta vida.
Ministerio de la palabra en la evangelización de la Iglesia: Para poder realizar nuestra tarea, necesitamos ubicar y diferenciar la evangelización de la catequesis. La Iglesia realiza su labor de enseñanza por varias actividades. Todas ellas forman el conjunto de acciones que llamamos el Ministerio de la Palabra en la Iglesia:
Primera evangelización: es la primera presentación del mensaje evangélico. Tiene por objetivo provocar la conversión a Cristo de quien no se sabe llamado por Dios a seguir a su Hijo. Es el kerigma de la Iglesia dirigido a los no cristianos y también los bautizados que necesitan hacer una opción consciente por Cristo.
Catequesis: es la profundización en el mensaje evangélico para educar la fe. (CIC n.5)
Predicación: es la presentación del mensaje evangélico un contexto generalmente litúrgico y tiene por objetivo vivir integralmente el momento presente.
Teología: es el estudio científico de la fe. Como es estudio, se realiza sólo con la inteligencia. Como es científico, requiere de un método y de una terminología especial. Como es sobre la fe, presupone que se tiene ya la fe.
Como hemos visto la catequesis es una parte integrante del mundo de la evangelización, así como otras actividades evangelizadoras de la Iglesia. Pero unas con otras interactúan para dar una mejor visión integral del cristiano para cumplir su misión. Indudablemente vamos a necesitar de todas estas facetas de la evangelización en la catequesis como veremos más adelante.
La catequesis como educación de la fe

Ahora, explicamos la definición de catequesis: La catequesis es profundizar en el mensaje evangélico para educar la fe.
Profundizar: es conseguir más de lo que se tiene. Por eso, la catequesis no es el primer paso hacia la fe. Se presupone que ya se consiguió con la primera evangelización.
Mensaje evangélico: es la doctrina de Cristo. Pero entendida como la ve la Iglesia.
Educar: es busca hacer crecer la semilla que Dios depositó en el alma el día del Bautismo. No busca tanto dar muchas informaciones sobre el mensaje de Cristo
Fe: es aceptar lo que Dios nos propone. Requiere:
1.      Entendimiento (acto de inteligencia). Pero nunca podemos llegar a abarcar totalmente la grandeza infinita de Dios.
2.      Aceptación (acto de voluntad). Después, la voluntad decide si acepta o no los datos que ha recibido la inteligencia.
3.      Gracia de Dios. Como la voluntad no recibe con total seguridad sobre cuánto le presenta la inteligencia, necesita la ayuda de la gracia para aceptar lo que está más allá sus posibilidades
 La catequesis como ciencia y como acción
La catequética es la ciencia que estudia cómo hacer mejor la catequesis. Y, como todas las ciencias, tiene que actuar con un método científico. Emplea además un lenguaje técnico y preciso. Pero, es diversa de la teología como una ciencia.
La catequesis es además una acción. La catequesis trata la fe como un tesoro para transmitirlo a alguien, al hombre de la calle. Tiene que llegar a todo los estrados sociales y culturales. Tiene que dar repuestas a muchas preguntas simples e intranscendentes. Pero siempre son preguntas que tocan la vida diaria y los conflictos de las personas comunes.


Tomado con fines instruccionales de: Aciprensa (S/F) CATEQUESIS FUNDAMENTAL. (Documento en línea) disponible en:  http://es.catholic.net/op/articulos/52814/qu-es-la-catequesis.html

LECCIONES DE LA HISTORIA DE LA CATEQUESIS


Una visión de conjunto de la historia de la catequesis enseña algunas lecciones. Por ejemplo: ¿qué aspectos de la catequesis se destacan más en cada época y cuáles menos? Además, alerta sobre lo que es fundamental y sirve de revisión (DGC 35).
La catequesis de Jesús y de los Doce es fundamental en el desarrollo de las primeras comunidades (Hch 2,42;CT 10) y es modelo permanente. El anuncio del Evangelio, con sus constantes (tema 1), es la semilla de la catequesis. Los discípulos van por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra (Hch 8,4;18,2.18;CF 69). Se distinguen ya unas etapas: siembra de la Palabra, crecimiento, fruto (Mc 4,1-20). El objetivo es hacer discípulos, enseñando todo el Evangelio a los hombres (Mt 28,19-20). El catequista aparece como el que instruye en la Palabra (Ga 6,6;CF 31). La catequesis (principalmente de adultos) se realiza por inmersión en la vida de la comunidad.
En los siglos III y IV, obispos y pastores consideran como parte esencial de su misión catequizar de palabra o por escrito (CT 12). Es la época del catecumenado, punto de referencia para los catequistas de todos los tiempos (CF 70). El catecumenado nos recuerda que la catequesis supone un proceso, unas etapas y unas tareas.
El catecumenado desaparece hacia el siglo VI. La catequesis se convierte entonces en una explicación somera de las verdades de la religión. Es la instrucción del domingo. En esta instrucción se explica el símbolo de la fe y el padrenuestro, aprendidos de memoria, con el enunciado de los principales deberes.
Al parecer, según se avanza hacia el siglo XIV, se va descuidando la instrucción religiosa. Jean Gerson (1363-1429) desea un tratado sobre los principales puntos de nuestra religión, especialmente sobre los mandamientos, para la instrucción de los simples, a los que no se hace ningún sermón, o sólo sermones raros o malos. Y escribe él mismo el ABC de las gentes sencillas, de gran utilidad y provecho, en que expone los doce artículos del Credo, los diez mandamientos, los consejos evangélicos, la oración dominical, las siete virtudes, los siete dones, las siete bienaventuranzas, los siete sacramentos.
El Concilio de Trento, espoleado por la reforma de Lutero, que había puesto la Biblia en manos del pueblo y había redactado dos catecismos (mayor y menor, 1529), requiere la formación del pueblo, particularmente de los niños. Despierta en obispos y sacerdotes la conciencia de su misión catequética. Considera prioritaria la reforma del clero y del catequista. La catequesis no queda reservada a los párrocos y a los padres; se encomienda también a maestros, religiosos y a todo seglar dispuesto a colaborar (CF 71). Fruto del Concilio es el Catecismo romano (1566). En el siglo XVI sucedían estas cosas que denuncia Bartolomé Carranza: Hay millares de hombres en la Iglesia...(que), quitado el título y algunas ceremonias de cristianos, de la sustancia de su religión no tienen más que los nacidos y criados en las Indias (Catecismo cristiano,1558).
A pesar de los esfuerzos realizados, continúan operando en la sociedad moderna las causas profundas de descristianización. La catequesis no alcanza al conjunto de los cristianos ni tampoco consigue, en muchos casos, infundirles una fe viva. En el siglo XVII dirá San Vicente de Paúl: El pueblo, señaladamente el del campo, no está instruido. Con la implantación, por parte del Estado, de la enseñanza escolar obligatoria a finales del XVIII, se generaliza la catequesis escolar que alcanza a todos los niños, pero la religión se convierte en una asignatura que hay que saber. El Concilio Vaticano I comprobará la crisis del catecismo en medio de una sociedad que se organiza al margen de la Iglesia.
Ya en nuestro siglo, San Pío X con su encíclica Acerbo nimis (1905) dará la voz de alarma que sacudirá muchas conciencias: Tanto la actual indiferencia y embotamiento de los espíritus como los gravísimos males que de ahí se originan reconocen por causa primaria y principal la ignorancia de las cosas divinas. Y esto sucede no ya entre las naciones bárbaras, sino aun en las mismas que blasonan de cristianas. Por su parte, Pío XI (Orbem catholicum,1923) crea el Oficio Catequístico Central, cuya función será dirigir y promover la acción catequética en toda la Iglesia, de modo que se borre la gran mancha de las naciones católicas, que consiste en la ignorancia de la religión divina.
El Concilio Vaticano II, aunque no elabora un documento sobre la catequesis, sienta las bases para una renovación profunda de la misma. Los grandes documentos conciliares sobre la Palabra de Dios (DV), sobre la Iglesia (LG), sobre la liturgia (SC) y sobre la relación de la Iglesia con el mundo de hoy (GS) ponen las bases de esa renovación (CF 71;DGC 27 y 2), en la que destacamos diversos momentos.
El punto de partida de la renovación contemporánea de la catequesis es la reacción al momento llamado doctrinal. En este momento, se insiste en el contenido de la catequesis, se presenta una síntesis de fe, se ofrece un mensaje completo: dogma (credo), moral (mandamientos), vida sobrenatural (sacramentos, oraciones). Sin embargo, los contenidos son muy abstractos, poco bíblicos, sin jerarquía de verdades, sin conexión con la vida.
Surge así el momento kerygmático. El kerygma (anuncio del evangelio) es la semilla de la catequesis. El mensaje cristiano tiene un núcleo (Cristo, su misterio pascual), del que depende todo lo demás (jerarquía de verdades); se recupera la Biblia como fuente de la catequesis; se toma conciencia de la historia de la salvación; preocupa la fidelidad al mensaje. Sin embargo, falta la experiencia personal y social.
Para evitar ese defecto, surge el momento antropológico. Preocupa la fidelidad al hombre. Se valora la experiencia, la experiencia humana común y la experiencia de fe. Se toma conciencia de que la iniciación en la fe tiene unas etapas y supone un proceso. Sin embargo, se advierten estos riesgos: individualismo e intimismo.
Surge así el momento político. Se valora el compromiso. El campo de la experiencia es también social y político. El evangelio es mensaje de liberación, buena noticia para los pobres. Preocupa la fidelidad al hombre. Sin embargo, se advierten riesgos: colectivismo, olvido de la dimensión personal.
A veces coincidiendo con los anteriores, surge el momento comunitario. La comunidad es el origen, lugar y meta de la catequesis. La fe se transmite en el marco de una relación de fraternidad. La experiencia comunitaria de los orígenes es norma y modelo de la renovación de la Iglesia. Se advierten algunos riesgos: creerse superiores a los demás, individualismo asociado, cerrazón, secta.
Durante el posconcilio surgen nuevas síntesis de fe: Catecismo holandés (1969), Con vosotros está (1976), Catecismo de la Iglesia Católica (1992). Se ofrece el mensaje completo. Se valora (más o menos, según los casos) la expresión actual de la fe. Se advierten riesgos: adoctrinamiento, con olvido de dimensiones o tareas.
Poco a poco, se ha ido tomando conciencia de que la secular ignorancia religiosa implica, en realidad, una falta de evangelización. En el fondo, no es cuestión de método ni de instrumento sino de conversión (CF 14;EN 15). Es preciso evangelizar a los bautizados para que la Iglesia, así renovada y evangelizada, sea más claramente luz de las gentes en el mundo de hoy. Dice el Sínodo extraordinario (1985) en su relación final: La evangelización de los no creyentes presupone la autoevangelización de los bautizados y también de los mismos diáconos, presbíteros y obispos. Durante el posconcilio, este problema es abordado con carácter de urgencia y con tratamiento catecumenal (EN 44 y 52;CT 44). Se necesita una nueva evangelización (CL 64;DGC 26,58 y 59). Solamente así, mediante el servicio del Evangelio, puede cerrarse esa herida abierta en el costado de la Iglesia, herida que no debe curarse a la ligera, para no incurrir en el viejo error que denunciaron los profetas: Curáis a la ligera las heridas de mi pueblo (Jr 6,14).

Tomado con fines instruccionales de: Jesús López Sáez. CATEQUETICA FUNDAMENTAL. Disponible en: http://www.comayala.es/Libros/catefunda/catefunda.htm

Para ampliar el tema se recomienda leer la siguiente lectura complementaria HISTORIA GENERAL DE LA CATEQUESIS

martes, 2 de enero de 2018

INTRODUCCIÓN

La catequética es la ciencia que estudia cómo hacer mejor la catequesis, en cuanto proceso y en cuanto acto, en el contexto de la praxis pastoral de la Iglesia. Su existencia y legitimidad son ya un hecho sólidamente aceptado en el ámbito de la reflexión y de la praxis pastoral de la Iglesia.
Es de hacer notar que, a partir del Vaticano II, la catequética ha conocido un período de relativa fecundidad y expansión, determinado por el nuevo clima de repensamiento global de la praxis eclesial y por el desarrollo de la reflexión epistemológica.
Cabe destacar que, la identidad de la catequética queda propiamente determinada ante todo por el objeto mismo de que se ocupa, es decir, la catequesis, con toda la riqueza de sus dimensiones y en la variedad de sus realizaciones, ya sea en forma de enseñanza, de expresión simbólica, de reflexión comunitaria, de iniciación sacramental, de itinerario organizado de fe, entre otros.

La catequética es concretamente la reflexión sistemática y científica sobre la catequesis con vistas a definir, comprender, orientar y valorar el ejercicio de esta importante acción educativa y pastoral.